Unidos somos más fuertes – El síndrome de la pieza faltante

Uno de los mayores problemas, y, además, generalizado, es que disfrutamos poco de lo que tenemos y valoramos en exceso lo que nos falta o creemos que nos falta. El echar de más lo que luego echaremos de menos es una constante en nuestros días, tanto en el ámbito personal como en el profesional, acentuándose más en el espacio-tiempo que nos toca vivir.

Una y otra vez nos equivocamos en llamar necesidad a lo que no tenemos y menospreciar lo que tenemos, situación que los expertos denominan «síndrome de la pieza faltante», sin darnos cuenta de la realidad que nos atrapa y contrae por igual.

El éxito y el fracaso de cualquier asociación ¿sabéis cuál es? LAS PERSONAS.

Hay miembros asociativos que aplicándoles una expresión latina que dice «… rebus sic stantibus…» (…mientras continúan así las cosas…) la interpretan de dos maneras según su estado de ánimo: A) Si continúan así las cosas no contéis conmigo para nada, y B) Si continúan así las cosas contad conmigo para todos los proyectos que desarrollemos.

Fijaos que, esta frase puede ser entendida de dos maneras (al menos) distintas: Eso pasa igualmente en las asociaciones y con las personas que las componemos; siempre a mano y vigente el «síndrome de la pieza faltante» que antes indicaba, siendo uno de sus integrantes el «eterno malestar inconformista», dejando a un lado como si no existiese todo aquello que sí tenemos en nuestra vida profesional pero no lo prestamos atención o no lo valoramos debidamente y que se ha conseguido con mucho esfuerzo y trabajo.

Las asociaciones somos ESTRATEGIA no OBJETIVO, buscando VALORES COMPARTIDOS PROFESIONALES a través de sus componentes HUMANOS.

El asociacionismo vino para quedarse y para diferenciar las «islas» de las «penínsulas» (por adoptar un símil geográfico); y para poder competir en este cada vez más globalizado sistema en el que estamos incluidos los despachos y asesores profesionales debiéndonos actualizar en nuestro «ser y estar» y dar a nuestros clientes un verdadero ASESORAMIENTO INTEGRAL a los problemas que nos plantean.

El cliente necesita de una asesoría de cabecera fuerte y estructurada, sin que –como ha pasado hasta hace muy poco tiempo– tengan que buscar en otros despachos lo que pueden encontrar en el nuestro. Muchos de nosotros no lo hemos sabido exponer debidamente y nos tienen un poco «encasillados» en los ámbitos laborales y fiscales, pero no por culpa de los clientes, sino por nuestra limitación personal y geográfica que nos impide ver más allá de un recorrido habitual y cíclico que limita nuestro campo de acción a realizar lo de siempre sin buscar evolución natural de forma y fondo del verdadero asesoramiento empresarial.

Esa tendencia ha cambiado radicalmente: Nuestro Grupo es puntero en búsqueda de dar el asesoramiento integral a la empresa derivado de todas las modificaciones y nuevas obligaciones que se exige en el marco socio laboral de las micro, pequeñas y medianas empresas donde nuestro nicho de mercado es el más habitual con soluciones sencillas y donde un cliente puede ser atendido desde lo más básico a lo más complicado que pueda existir para ellos, convirtiéndonos en consultores más que en tramitadores.

Cada despacho no forma parte de una provincia limitada, sino de provincias AUMENTADAS, ya que mi despacho, por poner un ejemplo –Toledo– no lo forman las 15 personas que dan servicio físico y directo, sino los 650 profesionales de ADADE que aun no estando presencialmente en mi despacho sé que puedo contar con ellos, pero lo más importante es que NUESTROS CLIENTES TAMBIÉN.

¿Nos hemos parado a pensar que si un cliente tiene un problema –por poner otro ejemplo geográfico– en Zaragoza y forma parte del despacho de ADADE en Toledo, no tenemos más que coger el teléfono y brindar a nuestro cliente que se pase por ese despacho y puedan asesorarle como si estuviese en el nuestro? ¿Apreciamos el valor añadido de grupo y la valoración que hace el cliente de esa gestión? Los clientes, por experiencias propias, si, totalmente.

El Grupo ADADE ha sabido ver e implantar esa visión grupal y corporativa necesaria para poder afrontar el futuro con éxito y mantenimiento de unos despachos cada vez más «angustiados» por la carga de novedades legislativas que soportamos y con la inmediatez de los trabajos a desarrollar fruto de la presión con que la Administración «regala» a sus administrados que han «osado» a convertirse en pequeñas o medianas empresas.

La MOTORIZACIÓN con continuos cambios legales; la LIMITACIÓN de nuestra oferta como despachos individualmente tratados; la DIGITALIZACIÓN de forma y modo de trabajar totalmente distinto a como se venía trabajando habitualmente y la GLOBALIZACIÓN del sector con una necesidad de cubrir territorio nacional e internacional son retos que el Grupo ADADE ya ha afrontado y que tiene en su ADN Empresarial a disposición de todos sus clientes presentes y futuros.

No soy yo el que aquí vaya a describir el portfolio de servicios que tenemos, pero sí cada uno de los asociados, partners, colaboradores y, por supuesto y primordial, todos los profesionales que formamos cada uno de los despachos integrantes del Grupo. Esa es su labor y traerá unos frutos apetecibles y seguros.

Experiencias de este tipo se están ya haciendo en muchos despachos con resultados muy satisfactorios apoyados en nuestra marca: ADADE.

La integración en un grupo debe ser convencida y trabajada. Que nadie espere que por el hecho de «estar» vaya a «ser» una fuente de negocios sin más: Sin la implicación y el compromiso de todos los miembros de cualquier asociación el éxito no existe, pero cumpliendo con esos cánones, seremos punteros y reconocidos por nuestros clientes y nuestra competencia, manteniéndonos en esa posición privilegiada que actualmente gozamos en el sector fruto de nuestra expansión en el sentido integral del término.

Le preguntaron una vez a Henry Ford que cuál era el secreto de su éxito. Henry Ford contestó «… el trabajo en equipo es la fuente del éxito…».

JOSÉ LUIS GARCÍA NÚÑEZ
Presidente Grupo ADADE