Planes de igualdad: ¿sólo para grandes empresas? Porqué incorporarlo si no es obligatorio (todavía…)

La igualdad de oportunidades está regulada en la Ley Orgánica 3/2007, de 22 marzo, siendo su objeto la igualdad efectiva entre mujeres y hombres, marcar la obligatoriedad de respetar la igualdad de trato y oportunidades en el ámbito laboral y evitar cualquier tipo de discriminación.

Pues bien, a través de estas líneas queremos dar un mayor protagonismo a esta herramienta (no hablamos de obligación), que entendemos que puede y debe ser una aliada de la pyme también, para lograr una empresa más competitiva, convencidos de que un plan de igualdad adaptado a cada empresa puede ser un elemento diferenciador muy útil en todos los aspectos, tanto personales como de mercado.

¿Qué puede aportar un plan de igualdad en una pyme? Muchas cosas y la mayoría muy positivas:

  •  Tener una mayor y mejor información de nuestra empresa, que nos ayudará a tomar mejores decisiones;
  •  Conseguir una empresa más abierta, más participativa y más preparada para el futuro;
  •  Y todo ello, hará que nuestra empresa sea más competitiva.

Es decir, que la igualdad de oportunidades nos va a permitir:

  •  Cumplir con la legislación vigente: implantando medidas de acción positiva para suprimir diferencias, desarrollando el plan para prevenir desigualdades e integrando inquietudes sociales en sus relaciones y actividades.
  •  Consolidar la Responsabilidad Social Corporativa: como parte de una sociedad concreta y con responsabilidades, derechos y obligaciones específicos que se enmarcan en la relación y el compromiso de la empresa con la sociedad en general y con su masa social en particular, teniendo impactos directos sobre los servicios, productos y recursos humanos, y por tanto, sobre la productividad de la plantilla y la competitividad frente al mercado.
  •  Optimizar los recursos humanos de la empresa: en un mercado cada vez más globalizado, donde se imponen los cambios tecnológicos y donde la mano de obra envejece, requiere cada vez mayor cualificación, retención del talento y una mayor participación efectiva de la mujer en todos los estamentos sociales.
  •  Asegurar el desarrollo de los sistemas de calidad, desde un punto de vista de calidad total, entendida como una estrategia global, un estilo de dirección de la empresa centrada en las personas donde no resulta posible trabajar la calidad si las condiciones en las que se trabaja en un modelo estratégico donde participe toda la plantilla y donde se defina una cultura empresarial centrada en el respeto a las personas.

Con la recogida de datos que exige un plan de igualdad, vamos a tener una imagen de nuestra empresa que nos va a permitir saber si tenemos situación de desigualdad o discriminación por sexo. Y analizada esa situación, sabremos sobre qué aspectos tenemos que actuar, cambiando sobre todo actitudes (tanto de la dirección como del resto de personal y equipo) y actuaremos para su eliminación, logrando así una empresa más abierta.

Estos dos procesos nos llevan a lograr una intervención de todo el personal de la empresa, al que tendremos que acudir para obtener información, lo que supone entre otras cosas, tener una entidad más participativa. ¿Para qué? Para conseguir un muy buen objetivo, evitar cualquier posible discriminación por razón de sexo (en la selección de personal, en el acceso al trabajo, en la comunicación interna, en el ambiente de trabajo, en la retribución, etc.).

Partiendo de que el plan de igualdad es un conjunto ordenado de medidas, adoptadas después de realizar un diagnóstico de situación, tendentes a alcanzar en la empresa la igualdad de trato y de oportunidades de hombres y mujeres y a eliminar la discriminación por razón de sexo, se convierte en una clara inversión para garantizar los objetivos integrales de la empresa, al ser un elemento estratégico que introduce formas innovadoras de gestión y mejora su eficacia organizativa, aportando además una imagen positiva de la entidad.

Por tanto, los beneficios de incorporar el plan de igualdad son:

  •  Mejora la reputación de la empresa.
  •  Acceso a subvenciones, licitaciones y nuevos clientes internacionales.
  •  Disminución del absentismo laboral y rotación del personal.
  •  Mejora el clima laboral.
  •  Aumenta la retención y atracción del talento.
  •  Incrementa la innovación mediante una plantilla más diversa.
  •  Mayor adaptación al mercado de la oferta de producción y servicios.
  •  Mejora de la productividad y el trabajo por objetivos.
  •  Relación más estrecha con la representación de los trabajadores y una menor conflictividad laboral.

Además, para las empresas que tengan entre 30 y 250 trabajadores, anualmente el Instituto de la Mujer y para la Igualdad de Oportunidades (IMIO) convoca ayudas para la elaboración e implantación de planes de igualdad, de un máximo de 9.000 euros.

FUENCISLA GAMELLA PIZARRO
Abogada
Medina Morales & Asociados
E-Consulting/Grupo ADADE

 

CARMEN FERNÁNDEZ HINOJOSA
Abogada
Medina Morales & Asociados
E-Consulting/Grupo ADADE