Mindfulness, no lo pienses más
No pienses en nada más que no sea en estas palabras, te lo recomiendo. Desconecta. Hoy empezarás un viaje que cambiará tu rutina y tus hábitos. Si eres afortunado de tener esta revista en tus manos, guárdala, léela y reflexiona con ella.
Es imposible que nadie, durante su vida laboral, no haya tenido estrés. Estoy seguro de esta afirmación. Algunos antes y otro más tarde, todos estamos inmersos en un viaje de larga duración y, en alguna ocasión, hemos tenido esta sensación que se genera en el día a día.
¿ALGUNA VEZ HAS PARADO A PENSAR EN EL PRESENTE Y NO EN LAS CONSECUENCIAS QUE PUEDEN ACARREAR TUS ACCIONES?
La sociedad nos ha impuesto un ritmo elevado, una velocidad alta para cumplir con todos los objetivos. Nuestras jornadas laborales, en muchas ocasiones, se basan en pensar más allá de lo que estamos haciendo en este momento.
Toda empresa quiere tener el máximo rendimiento posible. Las personas son el gran recurso, el verdadero potencial para toda sociedad. El cambio, la evolución y la transformación pasa por nosotros. No obstante, no somos máquinas creadas para soportar toneladas de trabajo diario y tener siempre la misma productividad.
Para poder optimizar todos los recursos, el potencial y el rendimiento necesitamos algo muy importante: concentración. Si dejamos que la velocidad se apodere de nosotros, fallaremos. Por encima de todo, queremos ofrecer un servicio de calidad y las personas son el factor diferencial para toda empresa. Entonces, es imprescindible encontrar ese equilibrio entre calidad, rendimiento y descanso.
Hace más de 2.500 años que existe el mindfulness, una terapia que consiste en la concentración plena. Es decir, se basa en la capacidad de tomar conciencia y responsabilizarse del presente. Solo importa el aquí y ahora.
Gestionar el tiempo, las necesidades y la calidad en nuestros servicios, se está convirtiendo en las dinámicas de todas las organizaciones. Así, se ha impuesto la exigencia de buscar la excelencia en todos los servicios. Queremos resultados y, por eso, se reduce el tiempo al que podemos dedicar a cada proyecto y maximizamos el número de estos. La sociedad está buscando un retorno a una inversión que no existe.
El mindfulness tiene sus raíces en el budismo. Es una técnica que consiste en sentarse 30 minutos diarios, en silencio y entre 18-25 °C. Sus consecuencias principales son el aumento de la empatía y la confianza.
Esta técnica conecta la persona con el presente continuo, hace consciente de la importancia de cada segundo que pasa y anima a que se aproveche al máximo. Con el mindfulness, nos convertimos en observadores del momento, aceptando lo que experimentamos en cada instante.
No te proponemos meditar en tu despacho. Te ofrecemos unas pautas para practicar el mindfulness en tu centro de trabajo, para liberarte del estrés y ofrecerte la tranquilidad necesaria para compaginar tus exigencias con la calidad que requieren.
1. Crea tu espacio personal en tu agenda. La jornada laboral puede llegar a provocarte rabia e inseguridad, por lo que practicar mindfulness es darte la oportunidad de tener estos espacios personales y desconectar por unos minutos.
Intenta optimizar tu tiempo. Para poder ofrecer tu mejor servicio, necesitas «recargar pilas» y seguir tus obligaciones con mayor energía.
2. Reconoce tus virtudes y tus debilidades. Uno de los peores errores es creer que puedes cumplir con todas las obligaciones y, así, te llenas la agenda sin contar con nadie más.
Aprende a delegar, confiar en el equipo de trabajo y organizar tu trabajo para que, entre todos, se optimicen los resultados. Reconoce tus virtudes, pero también tus debilidades para que tus compañeros las hagan más fuertes.
3. Actúa sabiendo lo que estás haciendo. Cuando hay mucho trabajo y tienes poco margen para presentarlo, la tendencia es ir rápido sin pensar en si lo puedes hacer mejor.
Para evitar este error, siéntate y piensa de forma individualizada como resolver cada caso, que le puedes ofrecer y marca los pasos a seguir. Dedícate unos instantes de calma y tranquilidad. Planifícate unos minutos previos y haz un esquema de tu trabajo. Así, el resultado será satisfactorio y cumplirás todos los plazos que te exijan.
4. Imagina tu jornada y prepara tu mente para ello. Llegas a tu puesto de trabajo, ves tu agenda y el correo lleno. Antes de empezar, tomate dos minutos para preparar tu mente.
Siéntate en tu silla, relaja tus músculos, encuentra una postura cómoda y respira profundamente. Relájate y piensa en tus primeros pasos. De esta manera, afronta tus primeras tareas con seguridad y sigue la idea de trabajo que te has dibujado en tu mente.
5. Cuando acabe tu jornada, que lo haga realmente. Sabes que tu jornada ha finalizado, pero puedes tener tareas pendientes para el próximo día o se puede complicar cualquier asunto. No le des más vueltas.
Cuando salgas de tu centro de trabajo, vuelve a respirar profundamente y disfruta de todas las actividades que hagas. No pienses más en tus obligaciones, pon la mente en blanco y dedica tiempo para ti. Al día siguiente volverás a trabajar, pero sin descanso mental seguirás en un bucle que bajará tu rendimiento.
¿CONOCES LOS BENEFICIOS DE PRACTICAR EL MINDFULNESS?
1. Aumenta el bienestar de los empleados.
2. Mejora el desempeño bajo presión.
3. Eleva el autocontrol y la capacidad de superar obstáculos.
4. Favorece la claridad mental y la toma de decisiones rápida.
5. Mejora la gestión del estrés y aumenta la productividad.
6. Fomenta la concentración.
7. Favorece a la creatividad.
8. Ayuda a mejorar la inteligencia emocional.
9. Combate el insomnio y la tranquilidad mental.