Emprendedores

Este puede ser un gran momento para emprender. La economía global empieza a ver la luz al final del túnel, está reseteando, y a la salida del COVID-19 nos espera un nuevo contexto lleno de oportunidades. La pandemia alteró la cultura empresarial y nada será como antes. No será ni mejor ni peor, simplemente diferente. Por eso, aquellos que mejor se adapten a las nuevas condiciones del juego formarán parte de la reconstrucción empresarial. Ahora es el momento de innovar, crear, implantar nuevas reglas de juego y buscar las oportunidades para ser rentables y competitivos. Cada vez es más habitual encontrar emprendedores que desean empezar su aventura en el mundo laboral. Antes de lanzarse a la piscina es importante saber que profundidad tiene para evitar accidentes. Por eso, se debe analizar y estudiar la posibilidad de crear esta empresa. Todo proyecto de empresa se desarrolla en torno a una idea, que surge como consecuencias de las circunstancias de cada emprendedor, que pueden ser:

– El aprovechamiento de una oportunidad de negocio en mercados poco abastecidos, de nueva creación o con un alto potencial de crecimiento.

– Los conocimientos técnicos sobre mercados, sectores o negocios concretos.

– La detección de necesidades no satisfechas o de carencias en los negocios existentes.

– La posesión de un producto o servicio innovador que se estima pueda generar mercado.

– El deseo de trabajar de manera autónoma e independiente. Una vez se tiene la idea de negocio, se debe pensar si es factible o no con las siguientes preguntas:

– ¿Conoces bien los servicios que van a ser la base de tu negocio?

– ¿Estás plenamente convencido de que puedes abrirte paso en el mercado de los despachos profesionales?

– ¿Tu idea de negocio aporta algún componente innovador o diferenciador respecto a tus competidores? – ¿Tu idea de negocio es realista?

– ¿Es técnicamente posible?

– ¿Es económicamente realizable?

– ¿Su rentabilidad va a justificar los esfuerzos necesarios para su puesta en marcha?

– ¿Crees que tienes suficiente formación y experiencia para llevarlo a cabo con éxito?

– ¿Reúnes, en este momento, las condiciones suficientes para realizarlo? Una vez se ha determinado y formado la idea de negocio, se tiene que creer en ella, confiar en las posibilidades y entregarse incondicionalmente al proyecto. Al definir tu proyecto con rigor, el plan de empresa cumple cuatro funciones esenciales:

1. Comprobar y demostrar la viabilidad del proyecto.

2. Aportar una mayor credibilidad al proyecto frente a terceros.

3. Controlar el desarrollo de la actividad de la empresa en su fase inicial, contrastando tus previsiones con los hechos reales. Así, se podrá analizar las causas de las desviaciones que se produzcan y rectificarlas a tiempo, minimizando los riesgos.

4. Detectar e incorporar posibilidades nuevas que vayan surgiendo. No se debe olvidar que el plan de empresa es un documento abierto y dinámico que se va actualizando a medida que avanza la idea de negocio.

OBLIGACIONES FISCALES DE UN EMPRENDEDOR

En líneas generales, el proceso para dar una empresa de alta en sus obligaciones fiscales es:

1. ALTA DE INICIO DE ACTIVIDAD En este proceso, podemos destacar:

A) El emprendedor tiene que darse de alta de un epígrafe del Impuesto de actividades económicas (tiene que ser un epígrafe por tipo de actividad)

B) indicar que obligaciones tiene con Hacienda (IVA, IRPF, etc.).

C) Solicitar el ROI (Registro de operadores intracomunitarios). Si es necesario para su actividad.

Si es persona física, tributará en el Impuesto Sobre la Renta de las Personas Físicas. En el caso que sea una mercantil, su tributación es en el Impuesto de sociedades.

2. ALTA DE LA EMPRESA EN LA SEGURIDAD SOCIAL

Ello es necesario si el emprendedor va a tener trabajadores. Dada la complejidad de la tramitación a realizar, siempre con la visión de cómo tributar lo menos posible y dentro de la normativa, el emprendedor debería contactar con un profesional, para saber con exactitud qué instrumentos tiene para iniciar su actividad empresarial. Ya que depende como se enfoque, el impacto fiscal puede variar bastante. A veces, ocurre que el coste inicial de una actividad es mayor pero a largo plazo es beneficioso a nivel fiscal.