El valor exponencial de la conciliación

Los cambios sociales marcan la creciente importancia de la conciliación familiar y personal con el trabajo.

Hace unas semanas, una de las noticias más destacadas en prensa a nivel nacional fue la siguiente: una empresa española implanta, por vez primera, la jornada laboral de 4 días. Así fue como supimos que la andaluza Software DELSOL había reorganizado los horarios de trabajo de su plantilla para implantar un sistema de turnos por los que la empresa cubriera los 5 días de su semana laboral, pero cada trabajador no trabajase más de 4 días por semana. En un momento en el que comenzaba a aparecer en los telediarios información relativa a esta posibilidad, una empresa daba el primer paso hacia ello y copaba las portadas de numerosos medios de comunicación. Desde entonces, no hemos tardado en conocer algunos otros casos similares que han surgido a continuación.

Y es que, efectivamente, la conciliación personal y familiar con el trabajo es uno de los retos más destacados para las relaciones laborales en este momento, junto con otros como la igualdad.

Quedan ya lejos en el tiempo los años en los que la estructura familiar más común en nuestro país era la del marido trabajando mientras la esposa se encargaba de todas las tareas del hogar y, muy especialmente, del cuidado de los hijos. La brillante incorporación de la mujer al mercado laboral ha dinamitado ese modelo y esto, unido a un aumento del bienestar general que ha traído un mayor aprecio al tiempo libre y los hobbies, ha hecho que cada vez más los trabajadores concedan un mayor valor a cuestiones que, en otro tiempo, nunca hubieran pesado más que la retribución: horario, flexibilidad, teletrabajo, etc. Llevamos tiempo leyendo que los milenials valoran más estas cuestiones u otras como la promoción, la formación, el no encasillamiento, etc.; y lo cierto es que el mercado laboral se va adaptando a estas nuevas circunstancias.

Es la hora de tomar decisiones

Así las cosas, la captación y el mantenimiento del talento en las empresas va a obligar a tomar decisiones valientes, a abandonar nuestra zona de confort. En muchos sectores, la jornada partida comienza a ser una reliquia del pasado. En otros, no se concibe ya salir del trabajo mucho más allá de las seis de la tarde. El teletrabajo y la flexibilidad horaria son palabras con las que ya se convive a diario en muchas compañías. Todo cambia y, como decía, toca adaptarse. Modificar horarios, adoptar sistemas de turnos, adaptar las instalaciones de la empresa para que los trabajadores puedan comer sin necesidad de salir a la calle o a sus casas son pautas a seguir. De lo contrario, los trabajadores mejor valorados lo tendrán fácil para encontrar un mejor ecosistema en el que prestar sus servicios. Y, en cualquier caso, es esperar que a nivel legislativo se produzcan avances tendentes a fomentar, cada vez con mayor fuerza, las medidas propias de la conciliación. O nos adaptamos, o nos adaptan. Pero creo que, en el fondo, es una buena noticia.

Y a cambio, ¿qué?

La teoría dicta que a cambio de tomar algunas de estas medidas, las compañías contarán con plantillas más motivadas y en mejores condiciones para aumentar su productividad: un mejor estado de ánimo, un mejor descanso, la adecuada actividad física, serán algunos de los motores que llevarán a los trabajadores a aumentar su productividad y, por tanto, a las empresas a mejorar la suya.

En prensa podemos leer que en Software DELSOL desde un primer momento se pudo percibir un notable aumento de estas variables. Queda por constatar si ello se debió a un cierto efecto de euforia o si los valores se mantendrán en el tiempo. Personalmente, si tuviera que apostar, diría que el efecto euforia sin duda jugó su papel, pero que parte del aumento de productividad observado se mantendrá en el tiempo.

Lógicamente, no todos los sectores de actividad funcionan del mismo modo, ni las cosas son iguales en todos los puntos geográficos y, por descontado, cada empresa es un mundo. Por eso a la hora de abordar estas cuestiones es conveniente echar un vistazo a lo que se hace en nuestro sector, a lo que demandan nuestros clientes, a lo que necesitan nuestros trabajadores y, en última instancia, contar con la opinión de un despacho profesional de solvencia que le ayude a analizar los pros y contras de cada posible actuación así como su encaje legal. Cuente con su despacho de referencia en ADADE para ello.

Por último, y no menos importante, siempre me gusta señalar cuando se trata de la conciliación, que no únicamente la familiar es importante, siendo quizás la que más necesidades plantea, sino que también la conciliación personal es importante, lo que implica una doble vertiente: la primera es que los trabajadores sin hijos ni personas a cargo se ven también beneficiados por todas las medidas tendentes a la conciliación y no es lógico que queden fuera de ellas; la segunda es que enfocar el tiempo libre que se obtiene con estas medidas a, por ejemplo, la práctica de algún deporte o el cultivo de alguna afición, tendrá, en la amplia mayoría de los casos, efectos positivos sobre la salud, física y mental, de cada trabajador y, por ende, para la propia empresa.

Mi propia experiencia

En septiembre de 2018, en ADADE Almería implantamos un nuevo horario ininterrumpido de 8.30 a 18.30, salvo los viernes en que terminamos a las 15.00. De lunes a jueves quienes trabajamos a jornada completa lo hacemos dos tardes cada uno e interrumpiendo el trabajo durante una hora para comer, con un sistema de turnos. Este cambio vino dado por una encuesta interna donde de manera casi unánime se apostaba por algo así. En nuestro caso, partíamos de un horario original que era de 9.00 a 14.00 y de 17.00 a 20.00, si bien en 2013 modificamos las tardes y las adelantamos una hora: de 16.00 a 19.00. En aquel horario, los viernes por la tarde el despacho abría, si bien lo hacíamos por turnos semanales.

Como decía, en septiembre de 2018 optamos por no abrir la tarde de los viernes, una decisión que no suponía más que seguir la tendencia del sector. Por lo demás, abrir algo antes por la mañana y no cerrar a mediodía nos permite estar en la oficina en horarios en que el cliente visita menos la oficina e incluso llama menos por teléfono, lo que indirectamente provoca un aumento de la productividad en esas franjas horarias: se saca más trabajo.

Si bien implantar un cambio así da la sensación de estar saltando al vacío, los miedos a la no adaptación de los clientes duraron lo que tardamos en empezar a trabajar con este sistema. Fruto de nuestro caso y de tantos otros, mi conclusión es que la conciliación de la vida personal y familiar con la laboral es algo absolutamente fundamental y que está al alcance de muchas empresas que aún no la practican. Confío en que sea cuestión de tiempo, ya que nuestra experiencia, como tantas otras, ha sido más que positiva.

Víctor Pérez Castro
ADADE Almería