El coaching en los despachos profesionales

El Coaching Empresarial, tal y como lo describía uno de sus creadores, John Whitemore, «tiene todo que ver con un viaje y nada en absoluto con enseñar o instruir; sino más bien con crear las condiciones necesarias para el aprendizaje», esto se aplica igual a un deportista, a un artista o a un empresario.

Hace ya más de 45 años, otro de los creadores del coaching moderno, Timothy Gallwey, pedagogo en la Universidad de Harvard, en su obra El juego interior del tenis, hacía referencia al «estado interior» como un contexto clave en la ecuación del alto rendimiento, y cuando hablamos de alto rendimiento, de nuevo es atribuible a cualquier persona en el desarrollo de sus actividades laborales, relacionales o creativas. Es decir, atañe al ser humano de forma generalizada.

Pues bien, la ecuación del método de trabajo de Gallwey establece que:

Rendimiento = Potencial – Interferencias

Por lo tanto, el propósito básico del coaching sería identificar y reducir las Interferencias a la vez que se aumenta y motiva el Potencial o recursos para que mejore el Rendimiento. Esta simple ecuación funciona y lleva funcionando durante décadas con deportistas de élite, reconocidos artistas y altos ejecutivos de grandes compañías y sus equipos.

Pero por algún motivo, cuando se trata de nosotros, que no tenemos una olimpiada en el horizonte o a miles de empleados y millones de euros bajo nuestra responsabilidad, creemos que el Coaching no va a ser una herramienta ni disponible, ni necesaria; estas dos creencias, además de no ser ciertas, limitan significativamente nuestras opciones.

Hace unos meses el ICAM lanzó un proyecto de Coaching para colegiados dentro del programa «Por un buen futuro», con el objetivo de que los usuarios puedan reorientarse ante los importantes cambios que se están produciendo en el mercado laboral y las nuevas formas de negocio. Probablemente alguno se preguntará: ¿por qué no ofertan, mejor, los servicios de un «mentor» («consejero, guía», según la RAE) que te ayude y te oriente? La palabra mentor tiene su origen en la Grecia clásica, cuando Ulises (Odisea), antes de un viaje, le pide a su amigo Méntor que le enseñe, en su ausencia, a su hijo Telémaco todo lo que sabe. Es en ese «todo» donde está el límite.

Hay momentos de crisis, de transformaciones, donde el cambio de paradigma puede ser tan grande que el camino a recorrer esté virgen y por explorar; en estas circunstancias, únicamente una actitud personal de conexión con tus valores fundamentales y tus recursos más intrínsecos, te pueden permitir transitarla sin los límites y la repetición de antiguas travesías recorridas por otros en escenarios diferentes. No estoy aquí negando los indudables beneficios del «Mentoring», simplemente marcando la diferencia entre un proceso y el otro, y cómo una herramienta se complementa con la otra dependiendo de la situación.

Si estás en tu coche y te diriges del punto A al B, puedes hacerlo con la confianza ciega de que el GPS conoce el camino mejor que tú y abandonarte plácidamente a las instrucciones auditivas del mismo, sin ni siquiera tener un mapa enfrente; o puedes ir viendo el mapa con perspectiva cenital, con los posibles atascos u obstáculos. Con toda esa información tú podrías tomar, de forma consciente, tus propias decisiones y, sobre todo, tomando tu propia responsabilidad sobre ellas. Estos son precisamente dos conceptos claves para el proceso de coaching «consciencia» y «responsabilidad».

El coach te va a acompañar desde un profundo, casi sagrado, respeto a tu propia visión. No es su papel ayudarte, guiarte, ni aconsejarte, es decir, darte la solución a tu encrucijada. No. La hoja de ruta o la decisión no vendrá del coach, como en el caso de la mentoría;

El coach simplemente te acompaña en ese descubrimiento, no te empuja a «su visión» o a sus «sugerencias» de posibles soluciones. El coach se queda contigo hasta que, a través de sus preguntas y ejercicios, tú elabores esa nueva visión, ese cambio de perspectiva o incluso de paradigma interno. Ese nuevo camino de tu desarrollo profesional y, por ende, personal, lo defines tú a tu ritmo, a tu medida.

No esperes nunca de un coach un consejo, ni siquiera una opinión, ya que entraría en el terreno de la Consultoría, terreno que tan bien conocen todos los despachos profesionales, ya que es lo que hacen todo el día, y por otra parte exactamente lo que esperan de ellos sus clientes.

Situándonos en la realidad del escenario Covid y post Covid del tejido empresarial, con el cambio radical provocado en algunos sectores y en muchos de los modelos de negocio, hay una diferencia vital en cómo afrontar esta nueva etapa. Por ejemplo, si te rompes una pierna (nadie lo quiere, nadie lo desea, pero simplemente ocurre…) hay que recuperarse para volver a la operatividad del cien por cien perdido; pues bien, cómo vivas ese proceso de curación lo va a determinar en parte tus propios pensamientos al respecto, por ejemplo considerando la nueva musculatura que vas a desarrollar en brazos y que antes no tenías, o cualquier otra oportunidad que te brinde la nueva situación (por fin acabaré ese curso que tenía a medias, por fin pondré en marcha aquel proyecto…).

De igual manera que una actitud vital, llena de recursos, alineada con tus valores internos, va a marcar una determinada hoja de ruta, ésta será diametralmente opuesta si se construye desde el miedo y el victimismo.

Y volviendo a la ecuación del alto rendimiento, si permitimos que el nuevo escenario reduzca nuestra potencialidad y aumenten de forma excesiva las interferencias, como el dialogo interno (ya sabes: ese lorito que tenemos todos en la cabeza contándonos a todas horas todo lo que está mal y por qué no hay salida, etc.) nuestro rendimiento se verá en sus horas más bajas.

Si hay algo que todos admiramos en Rafa Nadal es esa maravillosa capacidad que tiene de que, aún perdiendo de 6/4-5/4, él se recoloca en el lugar del comienzo del partido, donde la potencialidad está intacta y hace caso omiso al lorito que le dice: estás perdiendo, ríndete.

Desde aquí, animo a todos los despachos profesionales a considerar que cada emprendedor, cada empresario, se merece incorporar esta herramienta que le permita vivir su negocio y su vida desde esa perspectiva llena de opciones.