Tiempo de verano… ¿tiempo de tormentas?

Ya próximos a cumplir con las obligaciones del segundo trimestre fiscal, así como las propias de ámbito mercantil del mes de julio (y las siempre cotidianas laborales), pensamos en el merecido descanso estival que, sinceramente, bien nos hemos ganado empresas, trabajadores y profesionales, vislumbrando un tiempo apacible y una tranquilidad que, al menos, no nos altere más de lo necesario en nuestra breve pausa estival.
Pues bien, como todos “sospechamos”, el ingente número de novedades legislativas con que nos van a “obsequiar” nuestros dirigentes, tanto a nivel nacional como autonómico, aparte de las de ámbito local, fruto de las nuevas elecciones y de equipos de Gobierno con ganas de cambio, nos “amenazan” con una lectura legislativa que no será la de las novelas y libros que tenemos en mente, sino “otras” de obligado cumplimiento.
Cuando a diario abrimos la información, ya sea en papel, en redes, en radio o en televisión, tenemos la alerta encendida de oír o leer que “… tal nueva normativa que exige unas obligaciones empresariales del tipo “x”….; que las empresas están “obligadas a “x” nueva normativa en “x” materia”; que no se podrá generar nada que afecte a relaciones entre empresa y trabajador que: “…. previamente no esté escrito…”, etc, etc…., es decir, una serie de “amenazas legislativas” que en forma de TORMENTA y, algunas veces, “TORNADO” nos envuelven a todos los agentes sociales en pos del cumplimiento de las exigencias legales que dichas normativas vienen a implantar, la mayoría de las veces, sin un desarrollo reglamentario claro, preciso y atenuante de situaciones que se pueden dar de manera cotidiana, dejando a criterio jurisprudencial la mayoría de las dudas legislativas por mor de la aplicación diaria de las mismas.
Dice, con total acierto nuestro compañero y amigo Ramón Mª Calduch que, sí ó sí, estamos cambiando y adaptando nuestra legislación basada en un sistema “latino” por un sistema “anglosajón”, donde todo pasa por fundamentarse por escrito, hasta el más pequeño de los detalles de las relaciones laborales o con la propia Administración en su sentido amplio, lo cual lleva a unos niveles de exigencia documental a las empresas que, la mayoría de las veces, “atemorizan” el devenir de su futuro por la incertidumbre del pensar si están cumpliendo con todos los requisitos legales o , por el contrario, están, sin quererlo ni desearlo, incumpliendo alguna normativa que por su capacidad camaleónica les pueda coger en “fuera de juego”.
Pero hay una máxima que siempre debemos aplicar en la relación con nuestros clientes: “no valen lamentaciones, valen soluciones”. Tenemos que recibir las novedades legislativas de una manera tranquila, aplicando nuestro saber hacer y buscando siempre el mejor de los asesoramientos a nuestros clientes y, por extensión, su tramitación diligente. Es el momento de aprovechar las sinergias de grupo con que contamos; los acuerdos que firmamos y nos distinguen sobremanera de nuestra competencia; la formación y preparación de nuestros técnicos para que se conviertan en verdaderos asesores y consultores en las materias vigentes y las cambiantes; nuestra fuerza como Grupo en el ser y estar, con mucho peso específico ante terceros, y aprovechar todos los cambios que nos traigan “tormentas y tornados” legislativos como UNA VERDADERA OPORTUNIDAD DE NEGOCIO y dando el salto de calidad que el futuro de nuestros despachos (como hemos comentado en diversos artículos anteriores) nos exige en el cambiante mundo de la ASESORIA INTEGRAL DE EMPRESAS.
Apunto desde este artículo una máxima: Es el momento de hacer una revisión integral de obligaciones cumplidas y por cumplir de todos y cada uno de nuestros clientes y ofrecerles, en caso de que veamos que están incompletas, las soluciones que podamos darles con total y absoluta seguridad a través de nuestros despachos y , por extensión de todo el Grupo Asesor Adade-E.Consulting.
Es el momento diferenciador elevando todos los servicios a calidad, no esperando que el cliente nos lo demande, sino que nos anticipemos a las necesidades de nuestros clientes para ser el verdadero brazo de apoyo a los mismos en el cumplimiento veraz y cíclico de todas sus obligaciones legales presentes y futuras, dándoles las soluciones adecuadas a sus necesidades y haciendo de “sastres”, es decir, TRAJES A MEDIDA.
Es un reto, apasionante y necesario, pero es la base de los mimbres de la relación cliente-despacho que se nos demanda actualmente. ¿Estamos preparados para ello? Sin ningún género de dudas, SÍ tanto por medios propios como por medios del Grupo y adaptando siempre nuestro conocimiento a una continua formación tendente a aplicar las novedades legislativas “sciens” (con conocimiento).
Termino: Aprovechemos nuestra filosofía y profesionalidad para ofrecer a los clientes todo lo que les es necesario en su día a día. Es el momento, NO LO DESAPROVECHEMOS.
“El talento se educa en la calma y el carácter en la tempestad”. J.W.Goethe.

JOSÉ LUIS GARCÍA NÚÑEZ
Presidente Grupo ADADE